sábado, 28 de febrero de 2009

Febrero



Me he regado con agua destilada,
he bebido de hambrientas bocas y suspiro,
en el tallo, en los andares, suspiro,
vendo mi alma, el cantar de los cantares tengo,
amarrado al pecho, a un cuento para ella y otro para él,
escribo desde el tuétano, la barbarie,
los caminos y la raza de este mundo peliagudo,
lleno de mujeres, bello.

Me fusiono entre versos
y ruedo peso muerto del deseo que se estrella ampliamente,
que derrite el universo en una mesa convexa,
en una música que suena en el silencio a palabras,
a muñecas arañadas letras y recursos literarios,
a trufas y al color rosa.

Me he regado con agua destilada,
tres peces vomitan sobre su mierda propia y sobreviven,
los ojos se transfieren a las líneas encubiertas de la mano,
a la penumbra, la lumbre, la risa y los ovarios,
la tarta de chocolate con gavetas, la eclosión de una voz,
el misterio de un mástil izado de ancla anclada demasiado y más,
tres sillas negras, un gato magullado,
una casa envenenada,
una niña que todo lo mira profundo,
la dulzura,
siameses tres minutos,
un curso de Reiki,
una palangana llena de pasión y un universo
lleno de poetas.

Carmen Megias

3 comentarios:

viernesdepoetas dijo...

Rápida con tus deberes y de matrícula además, pero ¡ay, Carmen, se te olvidó firmar...! Aunque, ya ves, tampoco hacía falta, poeta/fotógrafa de nuestras entretelas.
Un besazo destilado.
María

Anónimo dijo...

ajjaja. Destilados versos que en palangana bucean, nos bucean... 2009 besazos, Mabel

viernesdepoetas dijo...

destilada yo...

Carmen