domingo, 22 de febrero de 2009

Eva al desnudo

Quise decir que en la voz se van callando los gritos
en que el alma corrompe los peldaños de la luna,
que si me acuesto o no me acuesto será en cada cicatriz de tus heridas,
que mastico sal por las mañanas
y al endulzarse la boca trago bocanadas de aire.
Que si me invitas a subir te ahorraré en gastos de peleas
y seré la llave para la cerradura y con sólo abrir un poco…
una estancia multicolor y los adoquines esperando en la sala.

Quise contar al sol unas mentiras…
las cuerdas de garganta enmudecieron
y unas sílabas en corcheas rojas en el cielo
abatieron la noche y me pusieron alas en guantes de cornisas y tejados.
Y volé, cementerio donde moran las palabras viejas,
las que nunca dije o te dijeron las que sólo pronuncias cuando estás muerto.

Quise decir que me ahogo, en cada una de las hebillas de tu piel,
al inhalar la boca de tus besos y me embriago, al escuchar la voz,
hombre que calla y gime cuando nadie más escucha.
Que yo soy la manzana de la que nunca pudiste probar bocado
y el gusano mueve la cola y se retira.

Pero ahora en esta comezón, te maldigo, porque eres hombre y sapo,
la otra cara del cristal, el reverso de los enfados y eres palabra y aire.
Y eres voz que canturrea en los soplos de la brisa
y me desvistes en el silencio
y entre las alas de un pájaro y el aire no se mueve
ni se escucha el desgañitar de las cuerdas.

Y pinto tus manos en las alfombras de mi cuarto,
y los violines se adentran en los hemisferios de la locura.
Eres árbol y yo la rama donde sostengo al pájaro que tiembla y que se mece envalentonado por la manzana que reposa entre las hojas.

Quise decir que te espero en el envite de las olas
y en unas playas de sal, y en los charcos y en el cristal y en los aguaceros sin paracaídas. Decir quise que al respirar me duele tan adentro que pierdo
el norte,
y el sur,
y una herida con la crisma hacia arriba
y un dulce picor que escuece
hacia abajo
y me lloran los ojos en paralelos torpes de la mañana.

3 comentarios:

viernesdepoetas dijo...

Puedes decir cuanto quieras, Natalia, tu voz se abrirá granada y quedará impresa por siempre para todas.
Un beso.
María

viernesdepoetas dijo...

Gracias, María. Por tus palabras y por habernos abierto la puerta para que en este rincón de palabras vayamos dejando nuestro poso de caricias y poesía.

Un beso,
Natalia

Anónimo dijo...

Obrera incansable del verbo, sigue diciendo Natalia, sigue diciendonos...

2009 besos
Mabel Valero