miércoles, 10 de junio de 2009

Declaración Narcisista



Como a mis veinte años,
otra vez
a los cuarenta y tantos,
el sentimiento de poder.

Desde mis entrañas
floraciones de colores intensos
se alzan y reverdecen.

Veo el mundo
desde una cima donde el aire es liviano
y donde bacantes
entonan cantos
a los placeres exquisitos de la carne.

Diosas magníficas y sabias
me muestran el erotismo
que existe más allá de la piel,
en la plenitud de la vida.
Con el pasado a mis pies,
león manso y domesticado.
Con el futuro abierto,
al otro lado,
desafío vientos y tempestades.

Hay suficiente temple en mis largos dedos
para tomar las bridas de rebeldes corceles
o irme flotando con los unicornios,
a recorrer las noches de luna.

Soy magnífica,
Templo enhiesto de mis elementos
altar de aire, de fuego,
mujer de agua y de tierra.
Gioconda Belli


Este poema es un regalo que me han hecho por mi cincuenta cumpleaños y he querido compartirlo con todas vosotras, mis magníficas mujeres.

lunes, 8 de junio de 2009

Avispero. De Enriqueta Ochoa

para Fernando Medina

Cualquier cosa es mejor
a este avispero en llamas que me aguija,
porque aquí, donde estoy, me duele todo:
la tierra, el aire, el tiempo,
y este volcanizado sueño a ciegas, sucumbiendo.

Anoche sollozaba por un vaso de luz,
hora tras hora ardí de sed
y amanecí vacía.

Otra noche fue el sobresalto dulce, el de la sangre;
enardecida fui de la jaula al látigo,
del látigo al silbido
agresivo y caliente de las venas,
amanecí amargada.

Otra vez,
me adentré un amor como montaña;
gacela estremecida vagué temblando húmeda de lágrimas.

Mansamente en silencio,
ahíta de ternura,
bebí luz de cristal entre los sueños,
se me quebró en la entraña, me cortaba,
y me quedé en tinieblas...

Cuántas cosas he dicho,
palabras que se arrancan por no llorar de rabia.
Ya no puedo dormir sobre la misma almohada
aunque los ojos sueñen;
me repudio al decirlo,
pero cualquier cosa es mejor
a este avispero en llamas en que vivo.


1955


En carne viva

La carne duele en el lado izquierdo de lo humano,
en el lóbulo que dispara el pulso al disfraz,
la carne grita los extremos de su alcohólico abanico
y es péndulo vacilante en la frente de un ciego,
la carne escuece cuando se abre de par en par.

La carne escupe las iras por la nalga,
por las pupilas dilatadas bebe sal,
se estremece en la garganta y parte la traquea para absorber oxígeno.

La carne palpita día sí día no sangre tupida,
como una alfombra,
como una lengua de vaca inmensa llena de carne.

miércoles, 3 de junio de 2009

Entre los dientes y en la brecha

“poesía brava de morder”
María Peiró



Poesía brava en la rabieta, en la herida
absurda y brecha donde duelen los costados,
donde sangran trompas las narices.
Poesía en cada vuelta poesía,
en cada cuerda que se tensa,
que amplifica el golpe despoblando de polvo los rincones,
golpeando masa y puño dentro
y fuera poesía.

Poesía en las encías paladar, entre los dientes
rumiando letras clavándose de raíz poesía,
escupiendo voluntades sin rendirse,
poesía en cada trago,
en cada fibra que se tensa,
en cada nota que grita o gime lengua bípeda desde la boca,
con el hambre dentro y fuera,
con los dientes de mordernos,
con los cuentos y las musas,
con los sueños sin perderlos poesía,

poesía.



Mabel Valero

martes, 2 de junio de 2009

Extraño él

“poesía de tener la mano abierta
y de poner alerta en su memoria la palabra”

María Peiró



Legado de abierta mano,

vientre de musa que desarraigada

busca el espacio

donde no anide la cólera,

donde no desquicie el sentimiento de poner alerta en su memoria la palabra.


Buenos modales y una lágrima

cae

entre

las

piernas,

usurpándole el sentido a la letra propia del extraño.


Grito a la poesía

que encierra silencio en las manos,

entre las piernas,

cae,

lagrima de ser poeta y perder,

girar la cadera al asfalto y girar la cadera,

ser menos esclavo,

compañero de palabra sin alerta,

discernir el calor del respeto a ser humano

y enredarte a un filamento de razones.


Carmen Megias

Poesía en contra



“Me apeo
en tus orillas de blanca espuma
para colgar el lápiz suicida que me desborda.”
Mabel Valero


Poesía al dardo despoblado, poesía
al afilado efluvio de cometas,
a las vetas de valor, el lado de los mitos,
poesía con menudas inyecciones de manía,
con la cuenta de la vida
y la derrota de los dedos,
en los lados más pequeños del encuentro
y a los cuentos y en los cabos,
por el último temblor sembrado
al matado soñador,
hasta el pardo resplandor de las arañas,
con arritmias y corazas de armonía,

poesía,
poesía,
poesía.

Poesía en condolencia,
o en el canto de la risa, poesía.
Poesía en sus achaques,
poesía en los linajes manirrotos,
poesía en las pancartas de los tontos vecinales,
en los tuertos animales de la guerra,
en las tretas de esos locos ojivales sin promesa,
poesía brava de morder,
poesía muda de saber,
poesía de tener la mano abierta
y de poner alerta en su memoria la palabra.