jueves, 14 de mayo de 2009

Zapatos para un par


Se asaltan pisadas que te buscan
y se esconde el titubeo en los antiguos cordones.
Sin juicio y acucioso moldea la parte el pie,
la piel más accesible,
y busca el empeine menos escotado,
el de bajo tobillo,
y que sangren las aceras aunque vagues dentro de una huella impalpable.

Pero el impar par aplasta su rostro,
espesa los huesos de los dedos para distinguir la señal en el semáforo abierto,
la pendular del páramo de adobe
que ayer pisaba leña y huyó descalzo en la premisa de lo óseo.

No importa los que te creyeron zapatilla,
escombro o sandalia de clima frío en el poco sabor de la persona,
pues los cueros comunes parecen proporciones ridículas,
colgajos,
telas alternas que fuerzan un ajuste para el pie imprevisto.

Arrebatada la noche
el impar bucea el tú cosido sin complejos,
la lengüeta concebida en el cuero más usado,
la única,
la impermeable manera de anidar el aire fresco,
el movimiento que permite el paso sobre el líquido,
la necesidad sin diseño,
la rebeldía personificando el más atroz de tus cordones fuera del vestigio,
en el rastro,
en el trazo que traza tu figura,
en la poca y desusada impronta de vestir la suela de madera
y que la calle se vuelva agua…
y nadar sin movimiento,
en la flotabilidad que de las piernas prenda otro día
otro recoger umbrales sin limosna,
sin cueros de animal,
y que la orilla retraiga sobre la ola la estabilidad rocosa del otro par sin escotilla.


Paloma

6 comentarios:

Loredhi dijo...

"...y que sangren las aceras aunque vagues dentro de una huella impalpable"

Es el vaivén de un zapato que busca su par...

Anónimo dijo...

Bravo mi niña... al menos hay alguien que lo entiende...

Besazos poeta

María Peiró dijo...

Lo que necesita mi Paloma es un par de zapatos nuevos, relucientes, que la hagan verse preciosa y la inviten a salir a la calle... aunque duelan un poquito...

Loredhi dijo...

Mmmmmm.... los zapatitos nuevos siempre duelen un huevito... pero ¡sientan tan bien!

Anónimo dijo...

jajaja, lo malo es que yo suelo pasar de las botas a las sandalias... algo extrema no?

Clara Rincon dijo...

Los zapatos nuncan están hechos a la medida, lo importante es que sujeten, pero a veces moldean el pie a su capricho, y el pie se deja llevar forjando su camino con su traje nuevo. Un beso